El consumo de carne en la Argentina atraviesa una transformación histórica. Por primera vez, la carne de pollo no solo iguala, sino que supera de manera sostenida a la vacuna en las preferencias de los argentinos.
Según datos actualizados de 2025, el consumo per cápita de carne aviar alcanza los 47 kilos por habitante al año, mientras que la carne vacuna retrocede a entre 47 y 48,8 kilos, según el periodo analizado.
Carlos Sinesi, director ejecutivo del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, explicó que “el consumo actual de pollo es de unos 47 kilos por habitante, algo inédito en la historia argentina”, y atribuyó este cambio principalmente a la diferencia de precios: “El pollo sigue siendo una opción más accesible y nutritiva”.
El kilo de pollo entero se vende entre $3.000 y $3.600, mientras que cortes como el pata-muslo rondan los $8.500 los tres kilos.
La suprema, por ser deshuesada, cuesta alrededor de $7.500 el kilo, pero hay opciones aún más económicas como las alas o la carcasa, utilizadas en sopas o caldos en hogares donde se cuida cada peso.
Mientras tanto, el consumo de carne vacuna continúa cayendo. Según los últimos informes del IPCVA y CICCRA, en enero de 2025 el promedio fue de 47 kg por habitante, una baja del 3,2% interanual, y el promedio móvil hasta febrero de 2025 marca 48,7 kg, es decir, un 5,3% menos que el año anterior.
“El consumo total de proteínas animales ronda los 115 kilos por habitante al año, pero ya alcanzó un techo. Para crecer, tendría que caer una de las carnes o aumentar la exportación”, indicó Sinesi.
La pérdida de poder adquisitivo, la inflación en alimentos y el encarecimiento de los cortes vacunos —que aumentaron más del 280% interanual frente a un 176% del pollo— marcan el contexto de esta transición.
“El pollo tiene la capacidad de adaptarse al bolsillo de todos. En este contexto, sigue siendo una opción nutritiva y económica que acompaña a las familias argentinas todos los días”, concluyó el directivo.