A través de una publicación en la red social X, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, volvió a cargar contra lo que considera “la maraña normativa que atenta contra la competitividad”. Esta vez, puso el foco en los regímenes de promoción específicos para el ganado ovino, caprino, de llamas, búfalos (bubalinos) y las zonas áridas, asegurando que esas políticas “nunca promovieron nada” y sólo terminaron generando “distorsiones y privilegios innecesarios”.

“Un ejemplo: se establecieron regímenes de supuesta promoción para el ganado ovino, de llamas, caprino, bubalino, y de zonas áridas. ¿Qué promovieron? Nada. Sólo distorsiones y privilegios. Estamos empeñados en desarmar ese sistema de destrucción recíproca”, escribió el funcionario en su cuenta oficial.
Con estas declaraciones, Sturzenegger se refiere a un conjunto de normas que desde hace décadas intentaban fomentar el desarrollo ganadero en regiones o especies consideradas menos competitivas o periféricas. La Ley Ovina y programas similares para zonas áridas o economías regionales fueron históricamente defendidos por provincias del norte y sur argentino, bajo el argumento de sostener producción y arraigo rural.
Sin embargo, para el titular del Ministerio de Desregulación, estas políticas no hicieron más que reforzar un sistema “ineficiente, corporativo y desigual”, donde ciertos sectores recibían tratamientos diferenciales sin resultados medibles en crecimiento ni en productividad.
El mensaje se enmarca en la cruzada que el Gobierno lleva adelante con su Ley Hojarasca, un paquete legislativo orientado a eliminar normativas que se consideran obsoletas o redundantes. Dentro de ese proceso, ya fueron dados de baja múltiples decretos y regímenes específicos, incluidos aquellos orientados a sectores ganaderos no tradicionales.
Sturzenegger defiende una nueva lógica regulatoria: “reglas simples e iguales para todos”, alejadas de lo que define como “un sistema de destrucción recíproca” en el que la maraña legal sirve más para bloquear que para desarrollar.
Desde algunos sectores rurales, especialmente cooperativas ovinas y asociaciones de pequeños productores del NOA y la Patagonia, ya se alzaron voces de preocupación por la quita de estos programas, alertando sobre el impacto que podría tener en economías vulnerables. Aun así, el oficialismo sostiene que la competitividad debe lograrse mediante eficiencia, no a través de beneficios artificiales.