En el Congreso Crea 2025 se presentó el informe que relevó la biodiversidad en 15 establecimientos de Buenos Aires y desarrolló indicadores adaptados a la realidad pampeana. Se buscan generar herramientas para que los productores gestionen la biodiversidad como un activo estratégico de sostenibilidad
Durante el Congreso CREA 2025, que se realizó el 18 y 19 de septiembre en Tecnópolis en Buenos Aires, se presentó el primer informe del proyecto InBioAgro con indicadores adaptados a la realidad pampeana. En este punto, Romina Suárez, investigadora del IRB-INTA, explicó que “el proyecto busca incorporar la conservación de biodiversidad dentro de los sistemas productivos porque entendemos que es clave no sólo por su valor intrínseco, sino también para la sostenibilidad de las actividades agropecuarias en el largo plazo”.
Del encuentro también participó Nicolás Bronzovich, presidente del INTA, quien destacó la articulación con Crea y recordó que ambas instituciones están integradas desde los inicios y, cada vez más, avanzan hacia una mayor colaboración y trabajo conjunto.
Bronzovich señaló que el INTA se especializa en formar redes de innovación y eso es clave para el desarrollo del sector agropecuario. Además, agregó que resulta clave encontrar soluciones a las problemáticas actuales y promover el cambio hacia un futuro en el que la innovación y la tecnología sean bases de crecimiento económico y desarrollo.
En este sentido, reconoció que la innovación no ocurre si no es con investigación y desarrollo, con extensión y transferencia, con vinculación tecnológica, es decir, articulándonos en red. El INTA aporta rigor científico y soporte para que los productores puedan tomar decisiones informadas y producir de manera sostenible.
Información científica y sólida de los campos
Por su parte, Federico Fritz, referente de CREA, subrayó: “Queríamos generar información científica sólida y local que sensibilice y acompañe las decisiones de los productores. Este trabajo conjunto permitió crear indicadores adaptados a la realidad pampeana”.
Uno de los casos testigo es el establecimiento La Sofía, en Pergamino. Su productor, Michael Dover, destacó que “no se trata de decidir entre producir o preservar, sino de pensar en ‘y’ para potenciar la producción mediante la preservación de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos”.
Lo innovador del estudio realizado es que por primera vez analiza de forma simultánea distintos grupos biológicos benéficos en espacios no cultivados —vegetación nativa, insectos benéficos aéreos y del suelo, anfibios y aves— todos considerados proveedores de servicios ecosistémicos. “Este enfoque integral permitió además construir una línea de base inédita sobre múltiples indicadores de la biodiversidad en agroecosistemas pampeanos”, explicó Suárez.
El anuncio incluyó además el lanzamiento del Manual de Gestión de la Biodiversidad en los agroecosistemas, una guía práctica que reúne protocolos, estrategias y herramientas para facilitar la toma de decisiones en el campo. “Está destinada a productores dentro y fuera de la Red CREA y es el resultado del aporte de 12 investigadores de INTA, nueve de ellos del área de Ecología y Gestión Ambiental de Biodiversidad”, señalaron los organizadores.