En el norte de Corrientes, donde la ganadería se define por la capacidad de producir la mayor cantidad de terneros posible, la raza Limangus viene ganando terreno entre los criadores comerciales que buscan eficiencia y adaptación sin resignar calidad. En una región que se autodefine como “una fábrica de terneros”, los resultados del cruzamiento Limangus sobre rodeos Braford y Brangus están despertando un creciente interés entre los productores.
Uno de ellos es Alfredo Cavanagh, productor ganadero de Berón de Astrada, Corrientes, quien lleva adelante un sistema de cría con unas 4.000 vacas madres en el norte correntino y un feedlot en Sancti Spíritu, Santa Fe. “Empezamos con Limangus por iniciativa de mi papá, que siempre fue un apasionado de los cruzamientos. En 2018 fuimos al remate de Santa Coloma y trajimos los primeros seis toros. Desde entonces no paramos más”, recordó.
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Los primeros cruzamientos con vacas Braford mostraron resultados inmediatos. “El primer año nos sorprendió la facilidad de parto y el vigor de los terneros. Elegimos toros de líneas de facilidad de parto recomendados por Daniel Bovetti, y los resultados fueron excelentes”, explicó Cavanagh.
Pero el verdadero diferencial se vio en el feedlot, donde el desempeño de los cruza Limangus superó claramente al de los tradicionales tres octavos. “En el corral, el Limangus tuvo una performance muy superior. Por eso, decidimos seguir incorporando todos los años, hasta llegar al punto en que hoy prácticamente todo el servicio lo hacemos con toros Limangus”, detalló el productor.
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Adaptación y rusticidad, claves en el norte
En una zona donde las condiciones sanitarias y climáticas imponen desafíos, la adaptación de la raza fue otro punto a favor. “Probamos con Aberdeen Angus colorado, pero el Limangus se adaptó mucho mejor. Terminaban el servicio en mejor condición corporal, y además pudimos bajar la proporción de toros por vaca del 5% al 3,5 o 4% sin perder eficiencia”, señaló Cavanagh.
Su padre, veterinario y conocedor de los sistemas de inmunización, insistía en que los toros debían estar adaptados a la garrapata. “Por eso costaba traer genética del centro del país. Recién cuando Fernando Sáenz Valiente empezó a hacer remates en Corrientes, muchos productores del norte se animaron a probar. Él fue el impulsor de este movimiento”, reconoció.
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Un nuevo impulso para los cruzamientos comerciales
Cavanagh destacó que el interés por la raza crece año tras año. “En el primer remate de Sáenz Valiente se vendieron 13 toros, al año siguiente 14, y este año ya fueron 28. Para el próximo, la idea es llegar a 40. Y hubo productores que se quedaron sin poder comprar”, contó.
El entusiasmo se refleja también en los resultados comerciales. “Este año mandamos 200 terneros —100 machos y 100 hembras— al remate Estrellas del Destete, y logramos precio récord en ambas categorías, además de ganar los primeros premios en machos y hembras”, agregó orgulloso.
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Corrientes, una fábrica de terneros con valor agregado
El sistema productivo en Corrientes se centra en la cría: “Acá no producimos kilos, producimos terneros”, resumió Cavanagh. “Nuestro objetivo es lograr la mayor cantidad de destetes posibles. Por eso hacemos destete precoz y priorizamos la eficiencia reproductiva. El ternero que producimos va al sur, donde lo recrían y engordan. Y para que el comprador pague más, tenemos que ofrecerle un producto con valor agregado, y el Limangus nos da eso”, aseguró.
Esa combinación de fertilidad, rusticidad y rendimiento en el engorde está posicionando al Limangus como una opción ideal para los cruzamientos comerciales en el norte del país. “Sobre una vaca Brangus o Braford, el Limangus aporta caja, fertilidad y un vigor híbrido que se traduce en más eficiencia y mejores precios. Por eso cada vez más productores lo eligen”, concluyó Cavanagh.

