Los desafíos de los sistemas extensivos: análisis, diagnóstico y un abordaje sectorizado dentro de un mismo ambiente

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Con la organización de FERTILIZAR AC, el Simposio FERTILIDAD 2025 se llevó a cabo los días 7 y 8 de mayo en Rosario, con la participación de 3.000 personas entre asistentes presenciales y conectados vía streaming.

El último Panel estuvo moderado por Pablo Calviño, e integrado por Nicolás Ridley (Área de Tecnología, MSU); Gustavo Caudana (COTAGRO, General Deheza); Diego Rotili (América Agroinnova – CREA – Facultad de Agronomía, UNLPam); y Guido Di Mauro (Facultad de Ciencias Agrarias, UNR). A modo de introducción, Calviño destacó la importancia de pensar la fertilidad como una parte importante de un sistema mucho más amplio y complejo. Para entender el sistema es fundamental un buen diagnóstico”, aseguró, y sostuvo que “nunca podemos hacer el diagnóstico con los datos de una sola variable”.

Por su parte, Ridley precisó que realizar una ambientación es fundamental para empezar a usar de manera más inteligente el fertilizante. “Con 5 dólares o menos uno cubre el análisis, el muestreo, la siembra variable y la prescripción”, dijo y agregó que “estamos en un buen momento para empezar a trabajar mejor en el fertilizante y hacer buenas prescripciones”.

En el intercambio, Caudana aportó la experiencia del Centro Sur de Córdoba, en la producción de maíz, soja y maní. “Creo que el mayor desafío es lograr empezar bien con análisis de suelo. Revisando datos de la cooperativa veo que en los últimos años el promedio es que el 16% de los lotes tienen análisis de suelo, con un máximo de 20% y un mínimo de 10%. El año pasado después del problema con el achaparramiento, este número bajó”.

En su opinión, el principal problema es que el productor decide la fertilización en general en base a lo que viene haciendo, con una receta que es la que usó en los últimos años, sin diagnóstico, “lo que no te permite ver si estás dejando de captar algún potencial”, expresó.

Los oradores coincidieron en que una tarea que necesita profundizarse es la transferencia de los conocimientos a los productores, es decir la comunicación de toda información que se genera en el ámbito académico. “Necesitamos comunicar mejor todos los beneficios de fertilizar bien”, afirmó Caudana.

Di Mauro se refirió a la brecha de rendimiento que se puede lograr con respecto al alcanzable, que es un 80% del potencial y, según él, es económicamente factible de hacer. “Hay un déficit de nutrientes, por lo cual el desafío es aumentar la dosis de fertilizantes”, afirmó.

En este sentido, y en línea con los demás panelistas, agregó que “comunicamos una dosis de respuesta promedio, en una red de ensayo súper heterogénea, donde esas dosis, muchas veces por la interacción con las condiciones ambientales, responden muchísimo en algunos sitios y en otros muy poquito”.

Rotili se refirió al oeste arenoso de la Provincia de Buenos Aires y La Pampa en sistemas bajo riego. En estas zonas retomando lo mencionado por Calviño, el rendimiento está muy condicionado por una adecuada administración del agua. «Tenemos que estimar bien el rendimiento antes de sembrar, porque eso nos guía después toda la toma de decisiones», señaló.

Los panelistas coincidieron en que el desafío para adelante es transferir el conocimiento lo más rápido posible y ser cada vez mejores en entender el sistema. «Tenemos que pararnos en cada ambiente del lote y estimar bien el rendimiento», señaló.

Con respecto al muestreo de suelo, Ridley advirtió que “un error bastante común es usar el mismo análisis como representación de lotes diferentes”. En esto acordó Rotili, quien aportó que si al muestreo y análisis de suelos se suma la estimación sobre rendimiento esperado, entonces se puede ajustar el diagnóstico del requerimiento de fertilización.

A propósito de casos que desafían los parámetros ya conocidos, Di Mauro se refirió a ensayos que hicieron en ambientes de la zona núcleo del sur de Santa Fe, para ver de qué dependía la respuesta a la fertilización. La hipótesis era que estaba muy relacionada al rendimiento potencial secano que tenía ese ambiente. Es decir, mejores ambientes para tener más recursos.

Sin embargo, reveló, “la realidad mostró que la respuesta estaba más relacionada a cuán lejos estabas vos con tu manejo promedio, la famosa brecha”.

De manera asociada con los resultados a dosis ajustadas a los requerimientos del macro y micro ambiente, Di Mauro comentó que “Tenemos que empezar a pensar la fertilización en kilos y en plata, porque si el mercado cambia frente a algún incentivo por calidad, tenemos que estar preparados para tener las decisiones de manejo ajustadas para ir hacia ese negocio”, afirmó.

Como conclusión del panel, los consultores coincidieron en que se está sub-fertilizando por seguir esquemas desactualizados o por falta de información. En este sentido, los profesionales tienen la tarea de fortalecer las nuevas herramientas, como los modelos predictivos, pero también revisar decisiones agronómicas, orientadas a alcanzar máximos rendimientos y rentabilidad, sin comprometer el cuidado del suelo.

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