Hay buenos indicadores respecto de que las mismas se pueden dar en forma satisfactoria. Atendiendo que la atmósfera estará más fría en su estructura, será más fácil que se desarrollen nubes bajas y medias, favoreciendo el despliegue de lluvias que sin ser copiosas, constituyen el aporte necesario para consolidar la humedad superficial.

TENDENCIAS CLIMÁTICAS
No hay mucho para hablar de la evolución del indicador ENSO que no hayamos venido comentando en los meses previos. La situación se ha ido adecuando a los que fueron marcando los modelos. Estos forzantes de gran escala, tienen esa ventaja. En cuanto su comportamiento se perfila, difícilmente salen de lo previsto, esto es una gran diferencia con las ondas cortas que generan el comportamiento de los sistemas de tiempo de corto y mediano plazo.
Las condiciones actuales son neutrales y no se anticipan cambios significativos para los meses de invierno o la salida a la primavera. Es decir, el principal indicador de escala planetaria no se instala como una herramienta sensible para la toma de decisiones a largo plazo.
En el mapa que representa las anomalías de las temperaturas superficiales del océano podemos detectar dos cosas de interés para el sudeste de Sudamérica. En primer lugar, el Pacifico Ecuatorial central alterna enfriamientos débiles y calentamientos, los cuales no son consistentes con ninguna posición por fuera de la neutralidad. En segundo término, el litoral Atlántico sigue cálido, es decir, con buena circulación del noreste, seguirá siendo una fuente importante de masas de aire húmedo. Podríamos agregar también, que no se detectan mares sobreenfriados en forma significativa, con lo cual los enfriamientos fuertes deberán ser de origen polar, dado que los mares no están particularmente fríos. Igualmente comienza a notarse una influencia de la corriente oceánica de Malvinas transportando agua más fría hacia el norte.
La evolución hacia la fina, se mantendrá más ajustada por las previsiones vinculadas a la escala regional, fundamentalmente irrupciones de aire polar y variabilidad del tránsito de los sistemas de alta presión hacia el Atlántico.
Durante las próximas jornadas se define una circulación de aire que mantendrá el transporte de humedad hacia la región pampeana en forma eficiente. Atendiendo las condiciones oceánicas, esta entrada de aire húmedo puede alimentar el despliegue de importantes sistemas precipitantes, sobre todo en la provincia de BA, más que nada en el este y el norte. Dado que esta zona no necesita lluvias, seguramente se fortalecerán los excesos hídricos. Sin embargo, luego sobreviene un periodo bastante seco para cerrar el mes de mayo. En conclusión, la transición hacia el trimestre frío está resuelta en cuanto a humedad. Las zonas que van a la fina, tienen la disponibilidad de agua garantizada, aunque más ajustada en el oeste de CB, por ejemplo. El NEA ha recuperado perfiles y podrá hacer cultivos de cobertura, pero siempre con más cuidado, dado que la sequía del verano fue más grave y persistente en este sector del país.
Por estas fechas es lógico esperar que se dé un gradiente marcado de este a oeste, con una diferenciación pronunciada entre la franja mesopotámica y la franja mediterránea, con acumulados que pueden promediar cincuenta o más milímetros en el litoral decreciendo en forma marcada hacia el oeste de SF y hacia la provincia de CB. Las lluvias también mostraran esta diferenciación este oeste entre las provincias de BA y LP.
En cuanto a temperaturas, se prevé que las mismas evolucionen hacia valores más fríos en la transición entre quincenas. Ya comenzara a notarse un mayor flujo de aire continental desde la Patagonia, sin embargo, por el momento esta región no se nota muy fría dado que el flujo de aire polar aún no se ha definido de manera sostenida. Se han dado las primeras nevadas sobre zonas cordilleranas, pero como eventos que por ahora no tienen consistencia. Esto para la región pampeana es un indicio de que mayo puede ser un mes con temperaturas moderadas y que las heladas de mayor cobertura recién comiencen a llegar durante el mes de junio.
Cerrando la cosecha, son importantes las recargas superficiales para quedar con buena disponibilidad de humedad para el avance de la fina. Hay buenos indicadores respecto de que las mismas se pueden dar en forma satisfactoria. Atendiendo que la atmósfera estará más fría en su estructura, será más fácil que se desarrollen nubes bajas y medias, favoreciendo el despliegue de lluvias que sin ser copiosas, constituyen el aporte necesario para consolidar la humedad superficial. Este comportamiento pluvial puede repetirse durante el mes de junio, sin lluvias sobreabundantes pero con una oferta satisfactoria.
Hay zonas del norte de SF, SdE y Chaco, donde el mes de abril dejo deficiencias que son más difíciles de reponer. En este momento son las zona donde la condición de humead deja más dudas en cuanto a la posibilidad de hacer algún cultivo de invierno. Se irá viendo que áreas del oeste del NEA lograron una recuperación eficiente. A medida que nos vamos al mes de junio la recuperación se hace más improbable hacia el oeste, el acopio de agua es previo. (fuente Agrositio)