Con tecnología para malezas y lepidópteros, y el foco puesto en fechas de siembra, la marca DONMARIO presentó su estrategia varietal para soja de segunda. “Por día de atraso estamos perdiendo 45 kilos por hectárea”, advirtió Matías Venece, quien detalló qué sembrar y cómo manejar cada ambiente para capturar el máximo potencial.
La inminente cosecha de los cultivos de fina activa automáticamente la siguiente pregunta: ¿qué estrategia adoptar para la soja de segunda, con qué genética y con qué manejo agronómico? Para Matías Venece, Gerente de Desarrollo de Autógamas de GDM, la decisión no puede demorarse porque “la historia de la soja de segunda empieza el mismo día que termina la cosecha de fina”.
Y, sobre todo, porque el tiempo cuesta rendimiento: “por día de atraso en fecha de siembra estamos perdiendo 45 kg por hectárea por día”, explicó el referente.
En un contexto de buenos perfiles de humedad y expectativas productivas favorables, Venece desglosó la propuesta varietal de DONMARIO región por región, combinando potencial, estabilidad y biotecnologías para combatir malezas difíciles y lepidópteros, que ya son un problema estructural en varios ambientes.
CENTRO DE CÓRDOBA Y SANTA FE: FLEXIBILIDAD Y TECNOLOGÍA
Para siembras de mitad de noviembre y con buenos ambientes, la recomendación es clara: DM 50E22 SE, una variedad “que permite capturar el máximo potencial del ambiente”. Sin embargo, cuando las condiciones se complican, cambiar el grupo de madurez es clave.
“Si el lote es complejo o se atrasa la siembra, conviene ir a un grupo más largo: DM 60K60 SCE con tecnología Conkesta, que además de rendimiento aporta una gran herramienta para malezas y control de lepidópteros”, destacó.
La tecnología Conkesta, subrayó, “reduce sustancialmente el impacto de las principales orugas del cultivo”.
LITORAL: DOS REALIDADES, MISMA INTENSIDAD
La costa del Paraná obliga a pensar en dos planteos diferenciados. En suelos sueltos, con buena disponibilidad hídrica y fechas tempranas, el foco está en rendimiento: DM 50E22 SE, con tecnología Enlist STS.
“Es una variedad que permite capturar el potencial cuando el ambiente acompaña”, afirmó Venece.
Pero en suelos pesados o siembras más tardías, la elección cambia a DM 60K60 SCE, Conkesta STS, que combina estabilidad y control de malezas como gramíneas, capín o rama negra. “La tecnología Enlist STS nos da herramientas muy consistentes en esa zona”, explicó.
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OESTE ARENOSO: POTENCIAL, PERO SIN ERROR
En los suelos arenosos, la apuesta de DONMARIO para condiciones favorables es DM 47E23 SE, ideal para explorar altos rendimientos y enfrentar la presión de malezas.
“Para ambientes más restrictivos o siembras más tardías, la mejor alternativa es DM 50E22 SE, Enlist STS, que responde mejor en estabilidad”, indicó.
ZONAS NÚCLEO: ALTO POTENCIAL CON FECHAS TEMPRANAS
En el norte y oeste de Buenos Aires, con buen perfil hídrico y pronóstico positivo, la recomendación apunta a siembras tempranas con DM 40E23 SE.
“Es una variedad diseñada para ambientes de muy alto potencial”, remarcó.
Si el lote es más complejo o la fecha se corre, la opción preferente es DM 47E23 SE, un grupo IV medio muy estable y versátil.
SUR DE BUENOS AIRES: CICLO Y HELADAS EN LA MIRA
En esta región, la elección depende del cultivo antecesor y de la fecha de cosecha. Si se cosecha cebada, recomienda DM 33E22 SE, “una variedad de altísimo potencial y excelente agronomía”.
Si el antecesor es trigo con cosecha post 25 de diciembre, la alternativa es DM 25E23 SE, Enlist STS. Ambas, señaló, “cumplen el ciclo considerando el riesgo de heladas y aportan tecnología para crucíferas”.
TECNOLOGÍA, CICLO Y FECHA: EL TRÍO DECISIVO
Más allá de la heterogeneidad regional, Venece insistió en un mensaje transversal: la elección varietal requiere anticipación, tecnología y sentido agronómico.
“Hay que decidir antes de terminar la cosecha de fina, eligiendo el grupo de madurez y la tecnología correcta para cada lote”, remarcó.
Las biotecnologías como Enlist STS y Conkesta, subrayó, son necesarias para un “manejo robusto” frente a malezas y lepidópteros, sobre todo en ambientes de alta presión. Pero el factor crítico sigue siendo la fecha de siembra: “Cosechar y sembrar automáticamente es clave para minimizar pérdidas, porque cada día que se pierde son kilos que no se recuperan”.
EL DESAFÍO: CAPTURAR EL POTENCIAL, LOTE A LOTE
DONMARIO apostó a un portfolio específico para soja de segunda, pero no homogéneo. Variedades cortas, medias y largas; potencial y estabilidad; tecnologías para malezas y plagas: cada zona con su receta.
El objetivo, según Venece, es que “cada productor pueda maximizar el potencial disponible según su ambiente, su fecha y su capacidad de manejo”.
En un año donde los perfiles acompañan, la ventana parece clara. Falta que la cosecha y la siembra cierren el círculo. “El rinde está ahí –afirmó-pero hay que ir a buscarlo rápido y con la genética adecuada”.
Desde la marca insisten en que todas estas variedades se comercializan bajo el sistema Sembrá Evolución, que ya reúne a más de 20.000 productores y, en la última campaña, alcanzó más de 3,8 millones de hectáreas sembradas.
Según DONMARIO, este modelo está transformando las inversiones en mejoramiento genético y se refleja en las nuevas variedades, ejemplos de cómo la innovación compartida multiplica resultados y proyecta futuro.
Acerca de: DONMARIO DONMARIO es la marca insignia de GDM, con más de 40 años de trayectoria dedicada al mejoramiento genético de soja y trigo. Reconocida por liderar la innovación en genética aplicada al campo, mantiene un vínculo cercano con productores y su red de multiplicadores para desarrollar variedades de alto rendimiento, adaptadas a cada ambiente productivo.
Presente en los principales países productores de soja, trabaja para lograr el mayor rinde en cada hectárea y la mejor combinación de genética, tecnología y manejo aplicada a los últimos avances tecnológicos disponibles en soja y trigo.

