En el mundo de los ganados y carnes, entre genética, remates y juras, también encontramos amigos.
La pasión por la raza Brangus, la música y la familia los unió, aún estando a 800 kilómetros de distancia mantienen su amistad hace más de una década.
Mauricio Groppo, es cordobés, de Bell Ville, una ciudad ubicada al sudeste de la provincia de Córdoba. En 1963, junto a su familia crearon La Sultana: la cabaña se dedica a la genética ganadera de las razas Angus y Brangus, desde Argentina para toda Latinoamérica y el mundo.
Mientras que, en el país vecino, Artigas, frontera Uruguay-Brasil Gabriel Riani con su padre se dedicaban a la cría de aberdeen angus, pero hace aproximadamente nueve años decidieron emprender en la raza Brangus. “Siempre acompañamos las exposiciones de Argentina, y nos gustaba mucho el ganado de La Sultana”, confiesa Gabriel. Acudiendo a San Google, buscaron el contacto de La Sultana, se comunicaron y a los tres días estaban en Córdoba comiendo un asado con Dante, Dario, Mauricio y toda la familia Groppo. «Fue increíble la receptividad, de ahí en mas no nos separamos”, cuenta el uruguayo.
Primero inició como una relación netamente comercial, convirtiéndose en el primer núcleo genético de La Sultana en Artigas. Luego, traspasó esa barrera. Tres visitas por año en cada país vecino, y el hecho de compartir viajes relacionados a la ganadería, como el Congreso Mundial de Brangus 2018 en Estados Unidos, transformaron el vínculo comercial en una amistad.
“Hace un par de meses empezamos una obra en mi casa para hacer un cuarto de huéspedes, y mi esposa e hijos lo bautizaron: “El cuarto de Mauri”, dice Gabriel.
Según cuenta, aprendieron mucho sobre Brangus -que era algo nuevo- gracias al acompañamiento y al trabajo de Mauricio. “Lo que descubrimos gracias a él, fue ese aspecto corporativo que tiene la raza. Donde hay integración, realmente diferente a otras razas, y dónde todo parece que se hace muy fácil, con mucha voluntad de sumar”, resalta
¿Como es la amistad entre el criador y el asesor? ¿Se puede ser amigo y tener negocios? “Algo muy importante es la confianza que se da desde el primer momento. Cuando uno ve que hay confianza de los dos lados, y que puede expresar lo que siente sin ningún problema. Llevando una relación laboral y de amistad a la par. Siempre surgen cosas de la vida cotidiana como charlas, vivencias y ahí uno va confiando en distintas personas”, asegura Mauricio.
A lo cual, Gabriel agrega: “Inevitablemente se vuelve una amistad. Tenemos una diferencia de diez años, yo soy menor (38). Así que lo escucho mucho, como amigo y como seleccionador de vacas. También tiene dos hijos varones, entonces todas las etapas que los chiquitos que van pasando siempre las charlamos. Hay una proximidad en muchos aspectos”.
Gira de vacas y música
Como en toda relación de amigos, hay un sinfín de anécdotas y recuerdos para contar y otros, para guardar. A los dos les gusta mucho la música, y a la hora de escuchar eligen Jazz, Blues y Rock. A diferencia de Mauricio, Gabriel nació con vocación para interpretarla.
Esta historia, ocurrió hace tres años. “Estábamos viendo vacas por Estados Unidos. Por nuestro amor a la música, no podíamos perder la oportunidad de recorrer los bares de Nueva Orleans con música vivo hasta el último minuto”, argumenta el criador de Brangus en Artigas.
Mauricio continúa, y dice: “Uno de esos días, justo cuando teníamos que partir para Houston nos costó levantarnos. Todos los compañeros de gira ya estaban subidos al colectivo esperándonos solo a nosotros, y llegamos 40 minutos tarde. Imagínate sus caras, nos odiaban”.
Cuenta la leyenda que cuando habían hecho tres cuadras, Gabriel le dice a Mauri: “Me olvidé el celular en el cuarto. No le puedo pedir al chofer que regrese al hotel después de todo el tiempo perdido”.
En cambio, el cordobés sin ningún problema, y mucho menos vergüenza, todo sea por su amigo, le dice al chofer: “Gestioná lo que tengas que gestionar, pero por favor recuperá el celular”.
Cosas que solo ocurren en Estados Unidos. “Cuando llegamos al hotel en Houston, hacemos el chek in, y el recepcionista le devuelve el iPhone a Gabriel”, relata Mauricio.
¿Cómo es la relación entre vecinos?
Hay un intercambio. “Todas las innovaciones tecnológicas que se aplican tanto a la agricultura como a la ganadería, nosotros la importamos, la copiamos o aprendemos de la forma que hacen en Argentina que es muy intensiva. En Uruguay, el productor apuesta a la genética y a la tecnología de punta para producir independientemente de las turbulencias políticas. Eso es algo que también vemos en Argentina, cómo está plantado el productor, siempre apostando y sabiendo que la configuración de los climas políticos son cosas que nos tocan. La fuerza y las ganas que le meten los productores es algo bastante común entre Uruguay y Argentina”, responde el criador uruguayo.
Por último, Mauricio reflexiona: “La ganadería me ha dado mucha gente así, muy allegada con la que podés contar y compartir mucho, no son una cantidad, pero hay”. (fuente Prensa Expoagro)