El maíz tardío concentra todas las esperanzas: una campaña para sacarle el jugo a cada milímetro

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Días atrás, Fernando Ross (INTA Barrow) y el asesor Gustavo Thiesser pasaron por Agenda Aapresid para conversar sobre los puntos críticos a considerar en la nueva campaña de maíz en el Sur de Buenos Aires.

Para completar el escenario, Lucas Borras, de Corteva, y el productor Aapresid del sudeste de Córdoba, Jorge Mazzieri, hablaron de estrategias para maíz tardío en zona núcleo.

En un principio, vale recordar que el maíz es el cultivo que más demanda agua por la longitud de su ciclo y la capacidad de consumo, por lo tanto, aquellos factores que afecten su disponibilidad van a definir la potencialidad del cultivo.

Por ello, los especialistas apuntaron a la caracterización y manejo por ambientes como un aliado clave para mitigar los obstáculos en una campaña marcada por una oferta acotada de agua.

Cobertura, malezas y nutrientes

Siguiendo esta línea, Mazzieri remarcó que la cobertura de los suelos, con la siembra directa como aliada, se posiciona como fundamental.

“En una situación tan particular como la de este año, hacer un buen manejo de la cobertura otorga tranquilidad, logrando un mejor aprovechamiento del agua y generando cultivos más competitivos”, mencionó.

Por su parte, el control de las malezas es otro aspecto importante para optimizar el manejo del maíz tardío y la eficiencia en el uso de agua, por lo cual es necesario una buena estrategia para llegar con el lote limpio a la siembra.

Por el lado de la nutrición, Fernando Ross señaló que la fertilización nitrogenada es una de las llaves para alcanzar buenos rendimientos. Así, la ambientación tiene que dirigirse ajustar la fertilización en función del potencial de rendimiento de los lotes y en base a análisis de suelos para un diagnóstico certero.

Fechas de siembra

En tanto, otra variable clave mencionada fueron las fechas de siembra. Borrás explicó que el retraso  puede ser una estrategia defensiva ante la falta de agua, ya que esto otorga mayor estabilidad a los cultivos.

“Una alternativa entonces puede ser apuntar a un mayor potencial en los mejores lotes, sembrando antes, y realizar una siembra más tardía en los lotes con peores condiciones, priorizando la estabilidad”, sintetizó.

En zonas del sur de Buenos Aires el maíz se ha expandido durante los últimos años bajo un manejo que combina fechas de siembras tardías junto a menores densidades. “El éxito de este planteo en ambientes restrictivos, se debe al aumento del piso de rendimiento, lo que asegura un mínimo de rentabilidad”, expuso Ross.

Esto permite evitar que el período crítico se ubique en los momentos de mayor temperatura y demanda atmosférica, que suele ser en enero.

En dicho planteo resulta vital compensar la baja densidad y lograr una buena cobertura, y para esto es necesario conocer el comportamiento de los híbridos y considerar aspectos como la plasticidad reproductiva, precisó Thiessen.

Todos los materiales tienen algún tipo de plasticidad o habilidad para compensar la densidad, como por ejemplo: aumentar el tamaño de espiga, espigas por planta o bien generar más macollos fértiles. La elección del híbrido dependerá entonces del ambiente, los rendimientos potenciales, y la fecha de siembra.

Plagas y enfermedades

El manejo de insectos es otro punto clave en el caso del maíz tardío, explicó Borras: “La genética nos ofrece una ventaja para el control de insectos ya que históricamente los programas de mejoramiento han prestado atención a la resistencia”.

Respecto de enfermedades, la aplicación de fungicidas demuestra ser otra estrategia determinante en planteos tardíos: datos de la red de maíz tardío de Aapresid, muestran respuestas promedio a la aplicación de fungicidas foliares entre V8 y V12 de 500 kg/ha en el rinde. Este comportamiento no se ve en maíz temprano, lo que pone el acento en la importancia de esta práctica para fechas tardías. (fuente Infocampo)