El origen y la solución al problema del agua empieza en el lote

0

(Conexión Rural/Pablo Salinas) La problemática de la intensa sequía que está afectando a gran parte del país, genera mucha preocupación en la zona central y núcleo productivo más importante de la Argentina.

En este marco, el Ing. Agr. Mario Monti, de la ciudad de Rufino, realizó un relevamiento con imágenes comparando la situación de varias lagunas de la región con fotos satelitales tomadas el 16 de enero de 2020 y el 8 de enero de 2023.

Los espejos de agua comparados son la Cañada de los Leones y las lagunas de Maggiolo, Melincué, Villa Cañás, Teodelina y La Picasa.

Estimuló la realización de este informe “la necesidad de ayudar a generar un análisis crítico sobre estas circunstancias. Los debates están montados sobre una coyuntura que es la sequía, y sólo se piensa en dos cuestiones: la demanda del productor, centrada en alguna ventaja fiscal, algún subsidio o mejora en la posición del dólar para la exportación de la soja, y desde el gobierno se mira desde el punto de vista coyuntural que tiene que salvar al sector para ponerlo a producir”.

Sin embargo, Monti no se queda en la cuestión coyuntural y plantea que “la sequía es una consecuencia climática del estado de la atmósfera en un momento determinado, y lo que se requiere es un análisis crítico de que esto es una coyuntura, y se requiere una política hídrica mucho más integral que la que se está llevando adelante, y ese debería ser el reclamo de fondo y es el planteo que la sociedad necesita”.

 

Problemas coyunturales

El profesional hilvanó el tema con la producción agrícola al recordar que “en los períodos de inundaciones se piden los famosos canales y se desecan artificialmente los territorios, o por lo menos eso se intenta. Cuando el agua empieza a escasear esos canales van sacando lo poco que queda, y entonces se afecta toda la dinámica hídrica de una región, porque se afecta no solo lo que es el agua superficial, además se perjudican los niveles freáticos y se trastoca el funcionamiento de todo el sistema hídrico”.

Para tratar de resolver este intríngulis Monti consideró necesario impulsar una política integral hídrica, que requiere “no solo de una planificación hídrica a nivel territorio que debería tener una mirada de ecología de paisaje, minimizando la extracción de los excesos de agua o reconducirlos que es la visión macro, pero además está la visión micro que el productor debe asumir y formar parte de ese compromiso, y que pasa por lograr retener y consumir el agua que hay en los propios lotes”.

Al respecto, el ingeniero agrónomo que se desempeña en la actualidad en el ámbito privado, pero que también participó de organismos públicos, explicó que “los sistemas de producción actuales favorecen el escurrimiento del agua, favorecen que haya menos infiltración, y eso es lo que obliga a que hagamos canales cada vez más grandes. Esos canales nos están sacando el agua que vamos a necesitar en tiempos de sequía. Sólo pensamos en trabajar sobre las coyunturas, como en este caso la sequía, pero cuando esto se convierta en inundación por la llegada de un Niño vamos a volver a hacer canales para sacar el agua, que después vamos a necesitar cuando volvamos a tener sequía”.

El planteó de Monti pasa por “pensar acciones contracíclicas, que no son de planificación territorial y del gobierno, son del productor que debería trabajar en mejorar su suelo, aumentar la cantidad de materia orgánica, incrementar las coberturas vivas, e incluso anticiparse a los fenómenos dado que tenemos pronósticos con mucha certeza de cómo evolucionará el clima en los próximos seis meses o un año”.

 

Medidas básicas

Teniendo en cuenta las herramientas que brinda la meteorología y la anticipación con que se pueden conocer los fenómenos, el profesional se preguntó por qué no se tomaron medidas: “Si se sabía que venía la sequía, por qué no se previó tener agua, cuánto hace que se habla de cosechas de agua que no se realizan, por qué no se sacaron las categorías más improductivas, los animales más débiles de los rodeos para sostener la producción con las categorías más productivas en los campos, y al mismo tiempo invertir, generar reservas”.

El investigador también cuestionó la “falta de una política hídrica real, pensada, consensuada e integral, para evitar que estos impactos que estamos viendo se repitan de manera cada vez más importante”.

Para sintetizar su postura, Monti precisó que “necesitamos trabajar en políticas de ordenamiento territorial, con una mirada puesta en el paisaje, donde el eje sea la producción, pero con un manejo que nos asegure mayor sostenibilidad y reduzcamos la vulnerabilidad de los territorios, porque cuando hacemos canales y sacamos los excedentes de agua en lugar de reservarlos aumentamos la vulnerabilidad frente a una sequía”.

 

La Picasa

En lo que se refiere al caso particular de la laguna La Picasa, apuntó que históricamente, según registros del siglo XIX, “eran tres lagunitas, que durante el siglo XX se convirtieron en una sola y se transformó en una laguna de 5 mil a 6 mil hectáreas, que rápidamente pasó a tener 10 mil hectáreas en la década del 90’ y luego fue saltando hasta llegar a ocupar cerca de 40 mil hectáreas”.

Tras 20 años de negociaciones que no avanzan para tratar de derivar esos excedentes hacia el río Salado, Monti propuso que “el agua comience a ser retenida en los campos, infiltrada en los campos, que se mejore la capacidad de infiltración de los suelos, porque esas tierras van a ser más productivas, van a colaborar con la producción y a su vez van a permitir que no se aneguen los campos más bajos. Ahora vamos a pasar a una situación de Niño o normalidad, y veremos cómo se vuelven a inundar todos los bajos”.

 

Los humedales

El ingeniero agrónomo rufinense también puso el acento en la necesidad de cuidar y proteger los humedales, “debemos entender que vivimos y producimos en un gran humedal, que es la laguna y el ambiente que la rodea. Manteniendo el humedal vamos a mantener niveles de producción, pero si dejamos que desaparezcan vamos a desertificar, y ese es un serio problema”.

Monti consideró que “es necesario que este tema se discuta seriamente, sin partidocracia, sin grieta, con raciocinio, con lógica, sin egoísmos y pensando en la producción, que es necesaria para todos y para el desarrollo de nuestra región”.

Para cerrar, el profesional volvió a poner el acento en la necesidad de hacer “una planificación territorial, trabajar en el ordenamiento del territorio desde las comunas y desde el lote con el productor. La cuestión arranca en el lote, ahí es donde cae la primera gota de agua, ahí es donde debemos hacer que esa gota se infiltre y no escurra. Si infiltra la vamos a tener para cuando el agua falte y si no escurre no vamos a llenar de agua el campo bajo del vecino. Naturalmente algo va a escurrir, las lagunas existen y habrá que manejarlas, pero el origen del problema y la solución empieza en el lote”.