Lo que dejó la cosecha de maíz 2020/21 y cómo potenciarlo en el nuevo ciclo

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La Bolsa de Cereales de Buenos Aires dio a conocer su informe de cierre de campaña de maíz 2020/21, en el que detalló los principales indicadores que dejó una cosecha que estuvo dentro del podio histórico.

Y con un aporte invaluable de Córdoba, principal productora nacional del cereal: los rendimientos en esta provincia, gracias a la decisión de los productores de apostar a planteos tardíos, hicieron que el volumen final fuera incluso superior al que inicialmente se esperaba.

Los guarismos relevados por la entidad porteña son los siguientes:

Siembra. Se implantaron 6,6 millones de hectáreas, la superficie más elevada en la serie histórica que lleva la Bolsa en los últimos 20 años. “La expansión del área se relacionó con el incremento de los rendimientos y la posibilidad de diferir la fecha de siembra”, indicó.

Rendimiento. El rinde promedio nacional fue de 78,6 quintales por hectárea, lo que implica un descenso de tres quintales en comparación con el ciclo previo, pero 1,3 quintales más que el promedio de las últimas cinco campañas.

Cosecha. La producción total nacional se ubica en 50,5 millones de toneladas, lo que significa un 1,9 por ciento menos que el ciclo 2019/20 y el tercer mayor volumen de la historia. Además, este valor está 3,5 millones de toneladas por encima de la proyección inicial, “debido a un aumento interanual de 300.000 hectáreas en comparación a la primera estimación de siembra y a los excelentes rendimientos relevados en la provincia de Córdoba”, afirmó la Bolsa.

Dólares. Se estima un valor agregado de la cosecha de maíz de 14.830 millones de dólares en 2021, un 20 por ciento más que en el año anterior, gracias al aumento registrado en los precios del cultivo, que superan los máximos de los últimas ocho campañas. Adicionalmente, generará exportaciones por 8.065 millones de dólares (36 por ciento de aumento interanual) y aportará 3.621 millones de dólares en recaudación fiscal (24 por ciento más).

Campaña 2021/22

Mientras tanto, la temporada 2021/22 ya comenzó a dar sus primeros pasos con siembras puntuales en algunas zonas del país y se dieron a conocer recomendaciones agronómicas, sobre todo en materia de fertilización, para lograr acercar al cereal a su máximo potencial.

Durante una conferencia organizada por la asociación civil Fertilizar, la gerente ejecutiva de la entidad, María Fernanda González Sanjuan, destacó el salto de productividad que tuvo el maíz en los últimos 20 años y que tuvo gran relación con la mejora nutricional: desde 2015, el área fertilizada pasó del 77 por ciento al 86 por ciento y las dosis de uso promedio de 186 a 242 kilos de fertilizante por hectárea.

“A pesar de este aumento en el uso de fertilizantes, en reposición de los principales nutrientes (nitrógeno, fósforo y azufre) todavía estamos en un 57 por ciento. Es decir, que aún tenemos una deuda pendiente con el suelo que aporta el 43 por ciento de los nutrientes que requiere el maíz. Esta dependencia se visibiliza con las brechas de rendimientos que tenemos para mejorar y porque se deteriora la fertilidad del recurso natural”, advirtió González Sanjuan.

Luego, el presidente de Fertilizar, Francisco Llambías, anticipó que para el maíz “es un año fantástico respecto de la rentabilidad, dado por una sostenida demanda del cereal que impulsa los precios hacia arriba”.

En este orden, comentó que el maíz tiene, con 586 dólares por hectárea, el mejor margen bruto, comparado con la soja (467 dólares) y el esquema trigo-soja (331 dólares). Además, ese margen supera por un 70 por ciento al estimado en agosto del año pasado.

Bajo este panorama, el coordinador técnico de Fertilizar, Andrés Grasso, justificó la inversión en fertilización no solamente mirando los altos precios de los granos, sino fundamentalmente en que el actual nivel de nutrientes de los suelos restringe fuertemente “la demanda que tiene el cultivo genéticamente para formar rendimientos”. (fuente AgroVoz)