Prevén un flujo de precipitaciones inferior a lo normal en las principales zonas agrícolas

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La Bolsa de Cereales de Buenos Aires publicó su informe de perspectivas agroclimáticas estacional en el que advierte que son numerosos los fenómenos que se están desarrollando a nivel regional y que apuntan a incidir negativamente en la mayor parte del área agrícola argentina, durante la campaña 2021/22.

En primer término, el reporte elaborado por el experto Eduardo Sierra sostiene que el enfriamiento del océano Pacífico Ecuatorial se intensificó considerablemente en las últimas semanas, lo que abre la posibilidad de que en lugar de un episodio débil de “La Niña” como se preveía, se desarrolle uno moderado-fuerte.

En paralelo, “los vientos polares retrocedieron hacia el sur, pero conservan elevado vigor, siendo posible que afecten negativamente al interior del área agrícola argentina”, agrega el documento.

Y remata con el tercer frente tormentoso para el ciclo que ya está en marcha: un avance hacia el norte de la corriente marina fría de Malvinas, que está causando un “marcado” enfriamiento de la costa atlántica de Argentina y el Uruguay. Esta corriente está llegando casi hasta Río de Janeiro y limita la entrada de humedad desde el mar hacia el interior del área agrícola argentina.

Por regiones

Bajo este panorama, solo podrían tener un flujo de precipitaciones abundantes las zonas del norte y noroeste argentinos, donde usualmente La Niña tiene acción positiva.

En cambio, la mayor parte de la región pampeana, el este de Córdoba, el oeste de Santa Fe y el sur de Santiago del Estero sufrirían esta acción negativa combinada de La Niña, el remanente de los vientos polares y el enfriamiento de la costa atlántica.

La consecuencia, además de menores niveles de lluvias, sería un fenómeno de “sequía y régimen térmico con grandes amplitudes, en el que se alternarán fuertes calores, y cortos pero marcados descensos térmicos”.

Hacia la Mesopotamia y el litoral atlántico, la acción negativa de La Niña se vería compensada por un menor efecto de los vientos polares y el beneficio de la humedad proveniente del océano Atlántico, con precipitaciones que estarían cercanas a lo normal, aunque en un nivel muy irregular. (fuente AgroVoz)