Recomendaciones para mejorar la eficiencia en la regulación de la máquina

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Regular el equipo de trilla de manera óptima, minimiza los riesgos de pérdidas de cosecha en el lote. Por esa razón, ante la necesidad de reducir el problema, especialistas del INTA recomendaron estrategias de costo cero.

Las mismas articulan avances tecnológicos, buenas prácticas de manejo y personal capacitado en vista a maximizar la calidad de los granos a comercializar. Es que según evaluaciones realizadas por el INTA, “al año, casi cuatro millones de toneladas de granos quedan en los lotes sin recolectar”. En números superan los niveles de tolerancia recomendados entre un 25 % y un 50 %, según el cultivo.

En ese sentido, Juan Giordano, profesional del INTA Rafaela, sostuvo que no solo hay que pensar en el costo por hectárea para realizar la recolección. “También en todo el entorno, lo cual redundará en poder procurar estabilidad en los resultados. Además de disminuir las variables aleatorias y recolectar información del rendimiento útil para otras oportunidades”.

La inversión más necesaria

Se debe invertir tiempo en el mantenimiento de la cosechadora durante el receso invernal, además de la implementación de mejoras ya constatadas. “Resulta imprescindible realizar una limpieza de la cosechadora antes de ingresar a un nuevo lote. Esto permitirá evitar futuros controles químicos en cultivos con maleza”, recordó Giordano.

En condiciones normales de recolección, el cabezal puede ser el responsable del 70% de las pérdidas ocasionadas, ya sea éste un flexi sojero, maicero o girasolero. “El buen estado de mantenimiento y la posibilidad de realizar precisos ajustes durante la cosecha, puede ser determinante para lograr un correcto funcionamiento. Siempre según las variables de las condiciones del cultivo”. De la misma manera funcionarán los sistemas de trilla, separación y limpieza de la cosechadora.

Para alcanzar la eficiencia en la cosecha de trigo y soja es necesario controlar diariamente el estado del cabezal, de sus cuchillas, puntones y la grampa prensa. Además, es importante asegurar que la velocidad del molinete sea entre un 10 % y un 15 % mayor que la del avance de la máquina para lo agravar la pérdida de cosecha.

Un trabajo sin apuro

En cuanto la velocidad del cabezal para maíz, este debe actuar en sincronía con el avance. Además, regular las chapas cubre rollos y verificar que el espigue se produzca poco detrás de la mitad de estas, junto con ajustar la altura y ángulo del cabezal resulta esencial para aumentar el poder de la cosecha.

“Las mejoras tecnológicas en las cosechadoras perfeccionaron su logística y eficiencia. No solo ante la evaluación de pérdidas, sino en la obtención de un mapa de rendimiento de calidad”, añadió Ulises Loizaga, especialista del INTA Balcarce.

La sonorización de la máquina, así como la robotización dada por el piloto automático, en conjunto con los diferentes grados de automatismo “permiten que la cosechadora se ajuste de acuerdo a la cantidad de material que ingresa y según los niveles guardados. Esto dinamiza el proceso y no requiere de tantas mediciones por parte del operario”, explicó Loizaga.

El escalón tecnológico

A su vez, el servicio de telemetría, que recolecta y procesa información de manera remota, permite visualizar lo que ocurre en tiempo real en la máquina. Lo hace a través de una aplicación móvil o página web.

La persona encargada de la máquina puede recibir todas las alertas en su móvil y en el caso de necesitar ayuda notificar al concesionario. De esta manera se procede para resolver el problema. Ambas herramientas permiten actuar ante interrupciones en la eficiencia.

“En este sentido, la optimización del proceso de cosecha es significativa”, expresó Loizaga. Y agregó: “Esto uniforma el idioma, no permite la disparidad entre quienes están arriba de la máquina y quienes se encuentran abajo”.

La evaluación de un proceso

En la Argentina, más del 60 % del área sembrada se encuentra a cargo de contratistas, razón por la cual “es especialmente importante lograr continuidad en la relación con este equipo”, sostuvo Loizaga.

De esta manera, se tiene la posibilidad de observar con tiempo el estado de las unidades y permite organizar el orden de los lotes a cosechar según las condiciones del cultivo. Además de obtener calidad en los granos recolectados de acuerdo a la experiencia previa observada en dicho servicio.

Cuando los especialistas hacen hincapié en la necesidad de observar todo el proceso también tienen en cuenta los avances en materia de desarrollo genético de las semillas. Por lo que, elegir el híbrido adecuado que proporcione granos más parejos, plantas de un tamaño adecuado y que las chauchas no se abran, permite no derramar pérdida de cosecha al rastrojo.

De tal modo, el desarrollo tecnológico alcanzado, en conjunto con evaluaciones aportadas por el productor y los ajustes del especialista en cosecha permite lograr que el mayor volumen de cosecha llegue al acoplado tolva. De esta manera se lo hace reduciendo ampliamente los márgenes de pérdida de cosecha. (fuente El ABC Rural)