Se espera una salida a la primavera bajo La Niña

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Las lluvias que se observaron en gran parte de la región pampeana entre el viernes y el lunes, dejaron un marcado sesgo positivo para lo que resta del mes. En gran parte de la región pampeana y sobre todo en la zona núcleo central, ya se han alcanzado los registros normales para este período. Para el oeste de la cuenca del Salado, oeste de BA, LP y sur de CB, estos aportes pluviales han sido favorables, porque generan correcciones muy esperadas, ya comenzando a ver el inicio de la nueva campaña fina. Para la franja este, sin embargo, las lluvias han sido perjudiciales, dado que promueven condiciones de piso difíciles para dar continuidad al avance de la cosecha. Favorablemente, aparece una pausa de buen tiempo que promete generar mejoras. Como hemos mencionado en otras ocasiones, la transición estacional siempre genera estas situaciones dicotómicas entre las necesidades de recargas de los perfiles y la necesidad de buen tiempo para la cosecha. Es un equilibrio difícil.

En cuanto a lo que resta del otoño, podemos decir que, respecto de las anomalías térmicas que mostraban los océanos circundantes el mes pasado, notamos algunos cambios que comienzan a marcar en forma más significativa la transición estacional. A comienzos de marzo éramos optimistas respecto de la poca probabilidad de que se concretaran heladas tempranas debido a que tanto el Atlántico como el Pacífico, presentaban calentamientos.

Pues bien, esta situación se ha modificado. Sobre todo en el Atlántico, la corriente de Malvinas ha comenzado a dominar las aguas superficiales, notándose un flujo más frío. En el sur del Pacifico, también se debilitado fuertemente el calentamiento y posiblemente las nevadas de los primeros días de abril en el noroeste de la Patagonia, queden vinculadas al aire más frío y húmedo que ingreso con previo recorrido oceánico.

En definitiva estamos ante una situación que es mucho más cercana a lo esperado para el otoño y ahora si es posible que los ingresos de aire del sur sudeste desde el Atlántico o los más continentales desde la Patagonia, comiencen a provocar heladas en el sur de la región pampeana.

Yendo al Pacífico Ecuatorial, podemos observar que en la zona central aún prevalecen las anomalías cálidas, la diferencia se da frente a las costas de Sudamérica, donde las aguas frías surgentes comienzan a neutralizar el calentamiento. Los modelos que predicen el comportamiento de estas anomalías, mantienen el patrón cálido para el mes de abril. El Niño como fenómeno oceánico es posible que aún se mantenga, sin embargo su injerencia sobre la circulación atmosférica debería comenzar a perder protagonismo. En todo caso, es un forzante que con mayor probabilidad tendrá influencia sobre el patrón pluvial del litoral y la Mesopotamia durante el resto del mes.

En términos de pronóstico para este indicador, que es el más importante por su amplia validación sobre el sudeste de Sudamérica, es muy probable que entre mayo y julio se mantenga dentro del rango de neutralidad. Luego las distintas simulaciones de los Institutos Oceanográficos internacionales, convergen sobre un enfriamiento hacia el mes de Agosto. En términos prácticos, tendríamos una salida a la primavera bajo la señal La Niña. Esto se ira confirmando en los próximos meses, pero es una herramienta que debemos tener en cuenta desde ahora. El año pasado para estas fechas, todas las expectativas se ponían en la confirmación de los pronósticos de El Niño, algo que finalmente sucedió. En el mismo sentido, debemos prepararnos para un escenario con un potencial pluvial más austero para la primavera.

La escala regional trabajo de manera muy eficiente para definir un flujo de humedad muy constante sobre gran parte del país. Como mencionamos anteriormente, no hubo bloqueos que impidieran la llegada de aire húmedo, la recirculación fue positiva en el sentido de que siempre los flujos estuvieron en contacto con aire oceánico o tropical, no se observaron recirculaciones cerradas, continentales. Este tipo de recirculación solo se dio una sola vez desde mediados de octubre, fue el periodo comprendido entre los últimos diez días de enero y los primeros diez días de febrero. La diferenciación pluvial del pasado mes ya la hemos explicado.

La situación meteorológica que dejó el mes de marzo mantiene su configuración durante el recorrido del mes de abril y esto lo hemos notado en la última semana. Mejoran las condiciones de humedad para la fina en el oeste y ya no se definiría una situación de escasez de reservas rigurosa, aunque los perfiles están con capacidad receptiva sobre todo en la provincia de CB, norte de LP, noroeste y sudoeste de BA. También sectores del NEA, están ajustados.

En términos de temperatura, ya ingresaremos en fecha donde es altamente probable que comiencen a concretarse heladas en el sur de la región pampeana, sobre todo en la zona de influencia de los corredores serranos. Esto, por lo pronto, no se extenderá a la franja central del país, pero ya se irán consolidando circulaciones de aire más persistentes del sector sur, promoviendo un ambiente donde las temperaturas comenzarán a expresarse en valores medios más bajos. Dicho esto, no parece una transición hacia el invierno que se imponga con temperaturas rigurosas. (fuente CCA/Agrositio)